Luz sin combustible...

Vengo entrando a mi domicilio.
Pasé todo el día sobre un auto buscándote.
Abuelo, dónde estás?

Nunca me imaginé que desaparecieras,
y menos así...
Nunca creí que esto pudiera ocurrirme a mí.
Pero ahora se hizo realidad.
Y con pena te digo:
Abuelo, dónde estás?

Recorrí todas las calles por tí,
pegando afiches en las murallas.
Sin descanzar.
Subí altos cerros,
Me ensucié las ropas
y aún te digo:
Abuelo, dónde estás?

Esta segunda noche se ve helada,
más tal vés que la de ayer.
Y tu aún por ahí.
En algún lugar lejano.
Simplemente caminado y nada más.
Ahora nuevamente te pregunto:
Abuelo, dónde estás?

Ya todos los conocidos saben la noticia,
todos te buscan en la faz de la tierra
y tu aun no quieres mostrarte.
Dime abuelo, cómo estás?

Alguna tarotista me dijo que mal.
Quisiera no poder creerle,
pero dentro de mí
se siente casi como una verdad.
Dime, abuelo...
Dónde estás?

No quiero caer en la desesperación,
lo he sabido manejar muy bien hoy.
Sólo quiero pensar que aún tú vivo estás.
Ahora sólo quiero que me respondas.
Abuelo, dónde estás?