domingo, 6 de abril de 2014

Don't leave me now... when you know how I need you♫

Aún no podía creerlo, creo que mi peor error fue a modo de diversión ver esa conversación con su ex mientras él sostenía su teléfono touch en la mano. Ahí estaba, esa pequeña palabra que me hizo sentir nuevamente cómo mi mundo se caía a pedazos, cómo este nuevo sentimiento que volvía a nacer se iba cayendo abajo cuan terremoto destruye un edificio y deja los pedazos de concreto en el piso. Así me sentí en esa milésima de segundo en que leí "hola linda".
-¿Sabes qué? -le dije- creo que cambié de opinión, no me vuelvas a buscar hasta que ella haya desaparecido.
Tomé mis cosas y salí de su auto camino a la reja de mi casa, mientras una parte de mí le pedía a gritos que él también se bajara, me abrazara y me dijera que todo iba a estar bien... pero no fue así.
Entré a mi casa, saludé a mi familia con mi mejor sonrisa fingida y me dirigí a mi pieza. Ahí estaba, sentada en la cama, mirando por la ventana, viendo el espacio vacío del estacionamiento que unos minutos antes ocupaba su auto color gris piedra, color que elegimos juntos unos meses atrás cuando lo acompañé a comprar su primer auto cero kilómetros. Miraba como queriendo que derrepente volviera a estacionarse y se bajara para buscarme. No sé por qué siempre tengo esas fantasías de que me persigan, es absurdo especialmente cuando les digo que "no" a las personas... pero a ti te dije alguna vez que debías ser insistente, que yo era como Judas porque te negaría 3 veces y luego diría la verdad. Así que aunque siempre tenga estas fantasías de que volverás, en el fondo de mi corazón sé que no será así... y es ahí cuando la realidad me traiciona y me hace derramar un par de lágrimas desesperanzadas.
Son graciosas, entre comillas, las cosas que hago cuando lo extraño. Nunca le he dicho pero en cada episodio en que no nos hablamos, abro whatsapp y le escribo cosas que nunca le envío. Juro que es verdad, siempre abro su ventana e intento decirle cuánto lo extraño, cuánto me arrepiento de todo, cuánto lo necesito... pero nunca tengo las agallas de mandárselo.
Y probablemente ya nunca las tenga, Nicolás, porque quererte, en estas situaciones, me agota. Porque ya no sé qué hacer conmigo, solo sé que me canso de llorar a solas y sentir una y otra vez que lo voy perdiendo... Porque en estos minutos lo único que quiero es que aparezcas y me abraces pero sé que no será así, porque en mis momentos de crisis lo único que logro generar en ti son dudas y confusiones que a la larga solo terminan por angustiarme más...
Ya no sé cómo pedirte que por favor no te vayas, que no soy capaz de volver a ´perderte, no sé cómo pedírtelo...

No, no... NO !!!

Ansiedad, ansiedad, ansiedad... Ansiedad que aceleradamente se va convirtiendo en angustia tras este lapso de interminable silencio entre los dos. ¿Cuánto tiempo pasará esta vez para calmar la ansiedad? Esa pregunta claramente me vuelve más ansiosa, la maldita incertidumbre de no saber de ti me mata, me angustia... Si, esto ya dejó de ser ansiedad.
Me angustia este silencio de no saber de ti, de cómo estás, de qué piensas, de si me odias o no... Me angustia no verte, no escucharte, no abrazarte... Solo quiero gritar, y gritar y volver a gritar.
Gritar que te necesito y que tengo miedo, que tengo angustia, que no aguanto más. Gritar que vuelvas, que me hables, me escuches...
Siempre la peor parte es la posterior a ponerte entre la espada y la pared, porque no tengo idea si me vas a elegir a mi o nuevamente seré la opción B. Angustia, angustia... Incertidumbre que me corroe. No tienes idea lo angustiante de esta situación y seguramente no lo sabrás hasta mucho tiempo más cuando al fin tengas las cosas claras... Lo triste es que no quiero pasármela así otro día más y esta vez de verdad quiero dejar mi angustia en tus manos porque no tengo nada más que hacer que esperar, esperarte a ti, esperar a que el nudo en la garganta se vaya y a que estas lágrimas se sequen y marquen mi rostro.
Esperar, esperar... Nunca he sido la más paciente y esta situación solo logra enloquecerme aún más.

sábado, 5 de abril de 2014

Vómito ansioso.

-Que me llames y me digas que lo sientes.
-Que esa llamada sea a cualquier hora
-Que aparezcas de sorpresa y me abraces
-Que me abraces
-Que me vuelvas a abrazar
-Que me seques estas lágrimas idiotas y me des un beso
-Que aparezcas de algún modo y me consueles
-Que me consueles
-Que me abraces nuevamente
-Que me hagas sentir especial
-Que dejes de ser tan lento
-Que ahora en verdad necesito que demuestres tu compromiso y aparezcas
-Aparece que me haces falta
-Demonios.
-Te extraño.

Para el ciego, para el terco, para el que no me comprende.

Honestamente creo que lo único que intento volver a hacer es sentirme nuevamente especial contigo. Volver a sentir que entre todas las idiotas que te rodean yo si significo algo para ti, pero que no sean solo frases sino que lo sienta en actos que me devuelvan la exclusividad que hace ya tiempo perdí contigo.
Experimentar nuevamente esa sensación de sentirme como una más del montón desata en mí esta cólera descontrolada y hoy solamente sirvió para darme cuenta que aun no estoy lista. Aunque intente partir de cero inevitablemente las cosas no son de la nada y debo asumir que compartimos un tortuoso pasado en común.
Debo asumir que no puedo ser comprensiva frente a ciertos temas cuando mi ego se ve involucrado, por más que realice intentos racionales por serlo dentro de mi aun no lo consigo (y honestamente no creo que quiera ser comprensiva frente a esos temas). Me siento totalmente incomprendida de su parte, esa es la triste realidad. Me encantaría decirle de forma directa todo lo que quiero y no quiero que sea pero no me atrevo, sigo perdida en la ilusión de que algún día todo lo que espero de él nacerá de su interior y no de mis palabras. Sigo atascada, aunque no lo quiera, en la esperanza de que algún día no deba decirle las cosas y siga mi ritmo. Vivo en la eterna ilusión de que un día la luz divina lo iluminará y al fin sabrá perfectamente todo lo que debe y no debe hacer, todo naciente desde su convicción. Pero las cosas no funcionan así, sigo viendo en él una persona indecisa y con poca capacidad de ordenar sus objetivos en la vida aunque haga los esfuerzos por no serlo pero inevitablemente esos esfuerzos se sienten forzados y quizás no duren mucho para volver a lo de antes.
Después de este tiempo me he dado cuenta de que aún tiene la capacidad de, en un segundo, hacerme sentir mal y angustiada, capacidad que desconoce hasta que pasa mucho tiempo para notarlo, porque asumiendo las cosas debo decir que sus procesos son mucho más lentos que los míos e inevitablemente logra estresarme en situaciones como estas. Y seguimos en la misma dinámica que muchas veces en el pasado señalé me tenía cansada, aun soy la que debe planificar los encuentros e inevitablemente a ratos siento que si no lo hago simplemente no nos veríamos. Sigo perdida en más ilusiones, en que un día aparecerás de la nada y por motivación propia en mi casa o en la universidad y me invitarás a dar un paseo, sigo esperando que un día despierte con él en mi ventana con unas flores en la mano y alguna cursilería como mariachis... Porque si, aunque me de asco admitirlo soy más de la vieja escuela de lo que quiero aceptar, los detalles y las cursilerías son parte de los esquemas mentales que tengo sobre lo que debe ser un hombre en una relación amorosa, por ende cuando me veo enfrentada a la realidad sufro tanto, porque las cosas no son como me gustaría que fueran.
No tienes idea de la nostalgia que siento, de cómo me hubiera gustado que antes de bajarme del auto salieras tras de mi y me aseguraras que las cosas iban a cambiar, que estabas dispuesto a eso y mucho más...  pero solamente sentí que por tu mente pasaron dos cosas: la primera desconcierto frente a lo que te estaba diciendo y la discordancia con lo que mencioné unas horas antes o la segunda de que no estabas seguro de darlo todo por mi. Honestamente quiero pensar que fue la primera pero aún así no tengo todo el tiempo del mundo para volver a esperarte para otra decisión. Yo de verdad pensaba que esta vez estabas claro, en verdad tuve la ilusión de que las cosas serían distintas... pero pequeñeces como la de hoy (bueno, pequeñeces entre comillas porque al menos para mi no lo son) me hacen volver a sentir esa enorme desilusión cayendo sobre mis hombros, me hacen sentir nuevamente pequeñita y frágil aunque me muestre dura como una roca y ya no sé si quiera volver a pasar por esta u otras situaciones.
A pesar de todo sigo sintiendo que no estás claro y eso es lo que más me asusta de tomar una determinación, porque un hombre seguro de lo que quiere se huele a distancia e inevitablemente se ve en cada acto que realiza... pero tu, solo me has mostrado seguridad fragmentada, nada completo.
A ratos en verdad siento que te quiero, aunque lo minimice cuando estoy contigo, pero siento que no entiendes que de verdad necesito sentirme única contigo, necesito recuperar la sensación privilegiada de ser la única mujer en tu vida que perdí desde tu infidelidad... y me apena que no lo entiendas, porque todo este alboroto para mí no es más que un síntoma de que nuevamente me importas más de lo que creí.

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My game, my fuckin' rules... got it?