jueves, 28 de octubre de 2010

Sombra

El oleo que cuelga
al otro lado de la ventana
da a luz la ventizca rebelde
de primavera.
Los pies descalzos se elevan
por sobre el vuelo de las aves
y enmarañan los hilos del alma
que copulan fervorosamente con el destino.
Las luces se apagan
y encienden las velas gastadas
como el catre de un marino
que arriba a casa.
Espirales y vuelcos hipnotizantes
destripan amores
y cocinan panqueques
con sangres azules.
Los jabones resbalan el cielo
las aves caen al techo celestial.
Dios está tan ocupado de las alas
que hasta del poderoso se olvidó,
dejó su trono frio
y resopló esta tarde.
Trae vientos,
nos enfría,
se rie,
le escupimos el ojo.
Gracias
(y mañana devuelve el escupo en forma de lluvia)

domingo, 24 de octubre de 2010

La noche iba bastante bien, Amanda, por alguna extraña razón, había entrado a un estado de "tercialización" que profundizaré en otro momento. Pero había algo, una idea que perturbaba su mente: OVNIs. Los había visto hace un tiempo rondando las afueras de su casa y cuando iba a decir algo, éstos le quitaban el habla mientras desaparecían en una profunda neblina frente al cerro aledaño a su casa. Cuando por fin podía hablar, ya no quería hacerlo. Las lágrimas se apoderaban de ella. La impotencia llenó su ser y comenzó a preguntarse por qué siempre había tenido ese miedo a lo desconocido. No eran solo los OVNIs a quienes temía, sino a todo aquello que le pareciera ilógico dentro de las leyes físicas o científicas en general. Las experiencias extracorpóreas también eran parte de ese profundo universo de incertidumbres que yacía entonces en su cabeza una tranquila noche de Octubre.
Más de alguna vez había tenido contacto con personas que alcanzaban experiencias místicas, y no le temía a esas personas en absoluto, es más evidenciaba un grado de acercamiento hacia ellos, pero llegado el momento de que algo así se le acercase a su persona le inmovilizaba por completo. Pensaba en qué término decía utilizar para este miedo de permanecer inmóvil frente a lo desconocido, fue a consultar un diccionario para ver si alguna palabra se la acercaba a esa idea pero no encontró lo que buscaba. "Deberían crear un nuevo término -pensó-. Algo como Aexocorporiusfobia. Sí, suena como un término erudito".
Tras encontrar un nombre para su problema, que era el primer paso, se mentalizó en qué la llevaba hacia este miedo. Buscó en su infancia algún indicio, alguna voz extraña, una sombra que la atormentara en las noches, algún familiar que después de muerto le diese algún mensaje, pero no tuvo éxito. Al menos no a simple vista, ya que probablemente dicha experiencia se encontrase trabada por su inconsciente. Ahí estaba el problema. Sabía dónde estaba la fobia pero no cómo llegar a ella. Y en ese preciso instante se sintió consumida levemente por las ansias de querer terminar luego los 5 años de la carrera que le permitiría llegar a esos lugares, la Psicología... [CONTINUAR]

martes, 19 de octubre de 2010

reflexión personal ·~

Cada vez que veo cómo es su forma de educar con la pequeña, más me recuerda mi infancia. No es tanto que la rememore, sino que comprendo el por qué de cada una de mis cualidades. Recuerdo cuando mi madre me sentaba a hacer la caligrafía y me costaba mucho... cada vez que lo hacía mal me la borraba de pésima forma y debía comenzar denuevo. El mismo patrón se repetía con el resto de las asignaturas. Consecuencia, una adolescente con problemas con el estudio. Interesante, ¿no? me cuesta estudiar porque inconscientemente rememoro aquella época en que mamá con un grito lo lograba todo, intimidarme, quitarme la motivación por el estudio, tener un autoestima en ese entonces por los suelos.
Claro, he trabajado por revertir aquella situación y lo he estado logrando, pero ese hecho explica mis bajas notas en el colegio y mi poca motivación por aprender, lo que a su vez explica en el presente mi motivación, energía y entusiasmo por aprender cosas nuevas. Siento que desperté de un profundo sueño y que hay tantas cosas nuevas e interesantes por conocer, que quiero hacerlas todas.

lunes, 18 de octubre de 2010

We can do it!


Hay veces en que debería seguir mis propios consejos. "Lo que le ocurre a ellos es problema de ellos, no tienes por qué dejar que sus decisiones te afecten a ti. Probablemente el día de mañana alguien no lo pase bien y estarás ahí para consolar a alguna de las dos partes, pero por el momento no permitas que ese miedo a futuro te inmovilice en el presente". Wou, me sorprende haber dicho eso alguna vez. Ahora que lo leo encuentro algo de razón en ésto... tanto tiempo preocupándome de la vida de otras personas pensando en qué es lo mejor para ellos (según "mi" punto de vista... -1 para Amanda y su egocentrismo) que termino aburriendo a las personas. Pues está bien, no disponga más de mi tiempo ni mis energías en ayudarle porque ya no será así, mi ayuda está para el que la quiere y probablemente no para el que la necesite (porque quien la necesita rara vez la pide). Ya no puedo disponer de otros según mi propio punto de vista, sería caer en el egocentrismo puro. Alguna vez leí que el amor es la capacidad de dejar ser a las personas lo que ellos quieren para sí mismo (quizá deba querer un poco más a quienes me rodean). Por ende, si no quiere ir a la universidad, si no quiere entrar a clases, si no quiere hacer los trabajos grupales conmigo... pues jódase, los haré yo sola (: Porque no necesito a más personas, porque mi capacidad intelectual me alcanza para hacer un trabajillo como esos.
No es que quiera llamarlo egoísmo, prefiero llamarlo autosuficiencia

martes, 5 de octubre de 2010

de diez a seis


Recuerdo que en el Liceo siempre eran una tortura los días que me tocaba química. Eran 2 horas totalmente desperdiciadas de mi vida. No ponía atención y me dedicaba a dibujar y escribir extractos de canciones en mi cuaderno. Al igual que matemáticas (en verdad hubiese preferido 2 horas más de música o de historia). ¿Por qué este flashback? debido a que pensaba en que este año ha sido la primera vez que elijo mis ramos y siento cómo cada uno de éstos me ha ayudado a crecer como persona y como futura psicóloga. Si ayer tenía 10 asignaturas, las que distribuyo en 40% que disfrutaba, 40% que me eran agradables y un 20% con el que estaba peleada a muerte, hoy tengo 6 que disfruto en un 100%. Claramente, unas me han resultado más fáciles que otras, pero eso no quita el hecho que me gusten y que hayan dejado en el pasado esas 4 horas académicas en que refinaba mis aptitudes artísticas por medio del dibujo, mientras la profesora hacía ejercicios de matemática o problemas químicos en la pizarra.