lunes, 25 de marzo de 2013

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En algún momento crítico de mi existencia fui perdiendo aceleradamente la memoria sin tener conciencia de ello... Fui perdiendo frases de libros favoritos, escenas de películas, metáforas de poemas y otros. En algún momento dejé de escuchar música (con todo lo que involucra poner los cinco sentidos a trabajar en este acto) y me fui sumergiendo en la cotidianidad, en las banalidades pasajeras y en la falta de asombro. Algo ocurrió que esa chispa se fue apagando, algo... O quizás nada pero es más llevadera la idea de pensar que algún evento sucedió que desencadenara el cambio en vez de aceptar la idea de que en estos últimos años me he vuelto aburrida.