lunes, 31 de agosto de 2009

Él ·~

Que parta siendo su mejor amigo, que le inspire confianza, que sea un amante de la música, que un día la mire distinto, que encuentre la forma más original y cursi a la vez de decirle lo que siente, que selle la promesa con un beso. Que sea detallista, que no necesite un día especial para entregarle una carta, que le diga "Vamos al parque" y terminen en la playa viendo el atardecer. Que la mire a los ojos y sepa lo que le suceda (que ella también lo haga), que la respete, que no tenga miedo de besarla en público y de presentarla a sus amistades, que pueda dormir con ella toda la noche solamente abrazados, que le dedique bellas palabras y acciones gentiles, que las palabras no sean solo palabras, que se complementen, que no la descuide jamás (que ella tampoco lo haga), que compartan cosas en común para no aburrirse jamás, que la acompañe a la iglesia los Domingos, que la conecte con su lado más ingenuo, que no la cambie por otra, que prefiera luchar por lo que tiene en vez de rendirse, que sepa dar una segunda oportunidad, que se lleve de lo mejor con su familia, que sea puro de corazón, que la ame.

Aun no te conozco pero sé que en algún lugar del mundo estás, incluso sin conocerte ya te amo·~

domingo, 23 de agosto de 2009

Labial carmesí·~



Yo tendí ese manto rasgado sobre mi almohada
cuan niño con juguete nuevo
y suspiré aromas lascivos.
De ilusa recibí el trofeo,
de entre los siete mares
elegí quien se hace llamar pacífico
pero cuyas torrentosas aguas erosionaron
la arena adherida a esta piel canela.

Mis venas como ríos clamaron por más
de eso que las doncellas llaman amor,
estos hilos descendientes de mi cabeza
usurparon cuanta razón existió
dejando no más que la percepción
y la desolación del fruto, ahora incompleto, prohibido.

Remecientes cueros danzantes,
cuyo infierno latente entre tu pecho,
desconcertado sueño hiriente
perdido entre las sienes florecientes
y la idealización de la mente.

Sintió el labial carmesí el beso nocturno,
atrapado tras bambalinas de aguas saladas,
el fulgor del atardecer de colores amargos
y las bienaventuranzas extraviadas en un libro.

Cantó el alma lágrimas dulces
sobre copas saturadas de vino amable,
compañero innegable, mientras el gélido espectro
hizo de las suyas con la amabilidad impresa
en la sonrisa desaparecida de su faz
y el brillo apacible de sus ojos achocolatados
cuyo pasado fueron acompañados por perros traicioneros
que en camino dejaron botados·~

jueves, 13 de agosto de 2009

Trece


Leer esas palabras me hace cambiar de parecer. Siento que todo pasado ha sido tan monótono, todo tan igual, siempre he hecho lo mismo y lo más gracioso es que yo exijo cambios a los demás cuando ni yo misma soy capaz de hacerlo en temas de amor. Leí sus historias y extrañamente me hizo sentir identificada, extrañamente perdida, extrañamente confundida, extrañamente desconcertada. Me hizo recordar sentimientos, hechos concretos, palabras ahogadas en la garganta y miles de cosas más. Es que como no recordarlo si ella habla del amor perdido, del que dice fue su gran amor y de las consecuencias que trajo en su vida, en su forma de ser, en sus actos. Siento que yo siento y que ella también siente del modo en que yo sentí y temo sentir.
Mi cabeza sa vueltas y vueltas, hoy más aun cuando sentí que me quedan 3 meses para capturar una presa y pedirle que me acompañe a mi gala de fin de año. Todo partió por ese hecho puntual. A quién llevaré? Me hubiese gustado que me acompañara una persona, pero no es correcto. Me siento extrañamente sola, pero extrañamente recordada. Me siento extrañamente unida a un lazo perdido, pero lazo al fin y al cabo. Siento que hoy tengo ganas de llorar, de caminar por las calles escuchando música, perderme entre recuerdos y esperanzas. Siento que siento cosas que no quiero ni debo sentir. Y queridos lectores no se alarmen, probablemente no es lo que ustedes creen· No quiero pensar que mientras miro hacia adelante hay alguien que me observa las espaldas ·~

miércoles, 12 de agosto de 2009

A medio camino


Cada vez que la visito es igual. Y es que con ese ritmo de "vida" cualquiera se convierte en lo que es ahora ella. Quién lo diría... mi abuela se la pasa los días encerrada en si misma, en los pocos sentimientos que el Alzheimer aún no le quita. De vez en cuando la oigo llorar por su padre, por no saber dónde está ni si volverá, quienes la cuidamos le decimos que su papá ya vendrá, se sentará en la mesa a tomar once con ella si se porta bien.
Y así se pasa el día, esperando a que su papá la pase a buscar a esa casa que ahora está llena de extraños y que alguna vez fueron su familia. Espera el día entero a que llegue la señora que la cuida con un té para ella y ver si con eso se cumple el tan anhelado reencuentro, pero nada ocurre. Lentamente el té se acaba y se enfría, mi abuela mira por la ventana acaso su padre la acompañará con una taza, pero no sucede nada.
Del té ya no queda nada y ya es hora de acostarse, mi abuela llena de ira grita con la poca voz que le va quedando, se desquita con todos nosotros que le mentimos todos los días y jugamos con sus sentimientos de niña chica, golpea con fuerza esa mesa que espera ver alguna vez con su papá.
Pero ella no entiende... que ni aunque se lo devolviéramos a la vida lo vería porque sus ojos se están apagando y después de las 6 de la tarde no logra ver nada, solo penumbra. Aunque hiciera que su padre le hablara ella no reconocería su voz. Aunque la tratara de "Hija mía" ella no recordaría lo que es un papá.~

viernes, 7 de agosto de 2009

Noches Blancas·~


Sucede que me voy entregando a esas páginas, las deboro, las hago mías, las siento. Es todo tan especial, tan ... es lo que yo no quiero hacer. Yo no quiero conventirme en una Nastenka cualquiera, no quiero y no lo haré, porque yo ya no estoy esperando a nadie. Yo estoy entregada a otras cosas, a la vida, a las sensasiones, a la riqueza de alma y a la tranquilidad del espíritu. Estoy entregada a la que soy, a la que me convertí, a la que a porrazos se ha ido formando y deformando. Hoy no quiero ir corriendo a besar a un hombre en los labios, hoy quiero correr y sentir el viento en mis pómulos y el calor que invade mi cuerpo. Hoy no quiero llegar a la meta, quiero recorrer el camino. Hoy siento que las cosas funcionan y que todo lo que sucede es para bien. Y si él me dijo que aquel hombre sufrirá, no puedo más que brindarle mi apoyo y mandarle mi energía positiva para que no llegue al fondo del abismo, porque más que eso no me corresponde hacer. Sabe que lo amo, pero de esa forma especial que Nastenka ama a su amigo.

Perdone, perdóneme -me decía Nastenka-, de rodillas se lo pido, perdóneme. Le he
engañado a usted y me he engañado a mí misma. Ha sido un sueño, una ilusión... ¡No
puede imaginarse cómo le he echado de menos hoy! ¡Perdóneme, perdóneme!
»No me culpe, porque en nada he cambiado con respecto a usted. Le dije que le amaría
y ya le amo, y aún le amo más de la cuenta. ¡Ay, Dios mío! ¡Si fuera posible amarles a
ustedes dos a la vez! ¡Ay, si fuera usted él! [...] »
«¡Dios sabe lo que yo haría por usted ahora! Sé que está usted apesadumbrado y triste.
Le he agraviado, pero ya sabe usted que quien ama no recuerda largo tiempo el agravio.
Y usted me ama.
»Le agradezco, sí, le agradezco a usted ese amor. Porque ha quedado impreso en mi
memoria como un dulce sueño, un sueño de esos que uno recuerda largo rato después de
despertar; siempre me acordaré del momento en que usted me abrió su corazón tan
fraternalmente, en que tomó en prenda el mío, destrozado, para protegerlo, abrigarlo, curarlo... Si me perdona, mi recuerdo de usted llegará a ser un sentimiento de gratitud que nunca se borrará de mi alma... Guardaré ese recuerdo, le seré fiel, no le haré traición, no traicionaré mi propio corazón; es demasiado constante. Ayer se volvió al momento hacia aquél a quien ha pertenecido siempre. »Nos encontraremos, usted vendrá a vernos, no nos abandonará, será siempre mi amigo, mi hermano. Y cuando me vea me dará la mano... ¿verdad? Me la dará usted en señal de que me ha perdonado, ¿verdad? ¿Me querrá usted como antes? »Quiérame, sí, no me abandone, porque yo le quiero tanto en este momento... porque soy digna de su amor, porque lo mereceré... ¡mi muy querido amigo! La semana entrante nos casamos. Ha vuelto enamorado, nunca me olvidó. No se enfade usted porque hablo de él. Quisiera ir con él a verle a usted; usted le cobrará afecto, ¿verdad? »Perdónenos, y recuerde y quiera a su Nastenka.»

sábado, 1 de agosto de 2009

Discontinuo·~


Resulta que estos episodios me sacan de mi centro. Ver tanta estupidez me exaspera por dentro y por fuera me da indiferencia. Pero agradezco algo, tengo un buen modelo a mi lado, alguien no que me dice "Haz las cosas así..." sino que hace las cosas y nota que le observo. Yo casi nunca lo digo pero yo amo a mi papá porque es el mejor súperhombre del mundo, porque tiene el súperpoder de cuidar el medioambiente, el de tolerar, el de hacer sonreir con su picardía, el de hacerme sentir protegida. Aish... me desconcentré en el trascurso, qué más da, el alivio llegó a mi... ahora a ese regalo pendiente que tengo para ti ;)