miércoles, 15 de diciembre de 2010

Últimas palabras en la morada eterna de mi abuela·~

"Es difícil hacer una elegía en estos momentos. Es complicado intentar resumir en unos minutos una vida entera, y lo es más aun cuando es un cercano el que parte. Se siente un vacío en el alma, nuestra vida cotidiana siente ese algo que falta.
Dicen que todos perdemos 21 gramos en el momento exacto de nuestra muerte. ¿Cuanto sabe en esos 21 gramos? ¿Cuánto se pierde cuando perdemos 21 gramos? ¿Cuánto se va con ello? ¿Cuánto se gana?. 21 gramos, el peso de 5 monedas, de un colibrí, de un chocolate. ¿Cuánto pesan 21 gramos?.
Hoy a mi abuela se le fueron esos 21 gramos pero dejó mucho más que eso. Dejó una historia, un lazo que trasciende tiempo y espacio. Mi abuela dejó vida, dejó a mi madre, me dejó a mi. Dejó huellas en este corto espacio de tiempo que llamamos vida, que a veces se nos pasa volando sumergidos en preocupaciones banales.
La vida no es un nacimiento ni una muerte, la vida es el instante en que sonreímos juntos ¡eso es vivir! y yo siento que mi abuela está sonriendo ahora, esté donde esté...
La partida cuesta, es cierto, pero en los momentos de tristeza es mejor recordar cuando sonreíamos. Nunca olvidaré el primer queque que hice con mi abuela, el primer rosario y los chocolates que regalaba para un cumpleaños. O cómo olvidar hace poco sus pataletas en que a todos nos mandaba a freír monos al África, por no decir otras cosas.
Recordando le ganamos la guerra a la muerte y me gustaría pedirle ayuda a ustedes en esta batalla. Ciertamente no veremos a mi abuela como solíamos hacer antes pero esto no es excusa para el olvido.
Como dijo mi madre, esto no es un adiós sino un hasta pronto. Gracias por todo abuela. Te amo."

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