viernes, 31 de diciembre de 2010

El típico resumen de fin de año

Bueno, este 2010 definitivamente ha sido un año difícil... y para esta ocasión no me refiero a los problemas sociales como el nuevo presidente, terremoto, "los mineros" u otros. Para esta ocasión me refiero a mi núcleo familiar.
Hasta eso de Junio las cosas salían ir como siempre, no muchos sobresaltos ni cambios en nuestra relación familiar, hasta que en Julio ocurre un evento que hace que nos unamos aun mas. Mi hermano vuelve a su problema con pastillas. Mi familia no lo sabe pero antes de que ellos se dieran cuenta y lo llevaran a urgencias, yo había conversado con él en su pieza. Hablamos en inglés para que no pudieran entendernos y me confesó lo que se había tomado. Le dije que estaba muy preocupada porque no sabía si llevarlo a urgencias o algo, a lo que me insistió que esto solo era una pequeña recaída y que no me preocupara. Mal jugado, Amanda. Al día siguiente se enteraron todos e hicieron lo que yo no fui capaz de hacer. Recuerdo que yo estaba en época de solemnes en la universidad y claramente no pude estudiar teniendo mi cabeza en las nubes; bajé mis notas. Esa semana recuerdo que tenía presentaciones de salsa, el sábado había un evento para que fuera la familia y se suponía que la mía iría. Estaba en ensayo general previo a la presentación cuando me llama mi papá y me dice que mi hermano tuvo una complicación y tuvieron que ir con él al hospital y por ende no podían ir. Bueno, fue una mentira "para bien", supongo que a nadie le gustaría que antes de una presentación le digan "Tu hermano intentó suicidarse..." Si me lo hubiesen planteado así yo dejo botados a todos y parto corriendo a donde él. Cuando efectivamente me lo dijeron yo estaba sola en mi casa y lloraba como una Magdalena. No lo podía creer, ¿por qué? ¿qué había en su vida que lo llevara a eso? No lo comprendía y tenía miedo de perder a mi hermano mayor para siempre... sentir el vacío en la casa, en la mesa cuando almorzamos, olvidar su voz y sus conversaciones contra la religión católica... No, no podía ser así, la vida no podía ser tan malvada y hacer eso con mi hermano y nosotros.
Bueno, al cabo de unas horas llegó sola mi mamá a mi casa, tiritaba y se veía pésimo. Llegó corriendo al baño a vomitar. Luego de eso me dice entre lágrimas "Es mi culpa, hija... yo soy la culpable de todo" Para tranquilizarla le dije que no era así, que no debía culparse por cosas que no son, a lo que me dice que mi hermano dejó una carta, que estaba dentro de su cartera. Que la fuera a buscar. Sentí un inmenso escalofrío cuando iba camino a leer esa carta, sabía que comprendería muchas cosas pero me asustaba saber qué cosas eran. Cuando empecé a leer me vino una puntada en el pecho y una enorme preocupación por mi mamá. Lo primero que decía en la carta eran las dosis de medicamentos que se había tomado, todo un puto cóctel. Luego mi hermano estaba culpando de sus problemas a mi mamá por la crianza que nos dio cuando pequeños. Por los problemas, las trancas, cada evento fortuito lo llevó, según él, a ser como es y a odiarla. Seguí leyendo y llegué a la parte donde se despide de cada persona por específico. Temblé cuando hacía referencia a mi...
Al terminar de leer la maldita carta fui corriendo donde mi madre y la abracé. Le dije que no estaba sola, que me tenía a mi y lucharíamos juntas, pero que no se preocupara. Además agregué que los problemas que mencionaba mi hermano, que también viví yo, no tenían repercusiones mayores en mi porque sentía que ella había madurado y cambiado esas facetas que cuando pequeños reconozco nos hicieron mucho daño y generaron una infancia quizá no muy feliz, pero que ahora todo estaba en calma entre nosotras y que la amaba.
Bueno, vino una seguidilla de caídas de mi familia, partiendo por mi mamá, mis tías y mi hermana pequeña, a lo que tomé la determinación de no dejarme caer. Yo era fuerte, y lo soy, y podía ayudar a mi familia a darles esa pequeña luz de esperanza para poder salir adelante todos juntos. Sentía una misión enorme de deber contener a mi familia, escucharlos cuando querían hablar, prestarles mi hombro cuando querían llorar y decirles que no estaban solos en la pelea.
Como consecuencia de todo este problema se nos derivó a una psicoterapia familiar a la que asistimos 1 vez por mes desde lo ocurrido.
Desde ese entonces las cosas iban mejorando pero aun estaba el fantasma del suicidio rondando por la casa, un par de meses después mi hermano tuvo otra recaída en donde lo descubrí porque lo había escrito en su libreta de apuntes. Esta vez le dije de inmediato a mis padres. Consecuencias de esto, amenazas a mi hermano de echarlo de la casa.
Yo no sabía qué hacer, no me gustaba convivir con un mentiroso en casa, sobretodo cuando ese mentiroso es una de las personas que amas... me sentía bloqueada así que comencé a ir a la psicóloga de la universidad. Poco sirvió, fue una primera sesión donde me hicieron esperar media hora para luego preguntarme datos de mi familia y decirme "Bueno, como estás en una terapia familiar no podemos hacer mucho" así que ahí murió mi terapia.
Seguimos en este ritmo, yo con la universidad y los problemas de la casa. Tras un tiempo logré repuntar en mis notas pero surgía la primera amenaza de echarme un ramo, Epistemología. A los meses mi abuela comenzó con problemas de salud que la dejaron más de 1 mes hospitalizada, en donde se agarraba una tras otra infección intrahospitalaria, por lo que se tomó la decisión de llevarla a la casa. Un poco antes de la navidad nos llaman diciendo que mi abuela está en las últimas así que tomamos nuestras cosas y fuimos corriendo a su casa. Cuando íbamos en camino nos avisan que mi abuela fallece. En ese instante abracé fuertemente a mis hermanos y no los solté hasta que llegamos a la casa de nuestra entonces difunta abuela. Ahí estaba ella, con sus mejillas aun tibias y su faz con una paz enorme. Se fue tranquila, y quien no lo haría tras haber luchado 10 años contra el alzheimer.
Tras ese episodio mi hermana pequeña se siente mal, le viene fiebre y vómitos. "Está somatizando" pensé yo. Y no estaba tan lejos de la verdad. Tras una semana sin comer mi pequeña hermana fue llevada al pediatra donde le diagnostican depresión. Así es, una pequeñita de 7 años con depresión. De esta forma comenzaré el 2011. Más preocupada por mi familia que nunca.

Definitivamente ha sido un año complicado, he tenido poco tiempo para mi por estar pendiente de los míos. No está mal esto (creo) pero me gustaría este año tener más tiempo para mi. Hay muchas cosas que tengo pendiente conmigo misma y quiero darles el tiempo para solucionarlas. Quiero también dedicarle más tiempo al intelecto, partiendo por estudiar más para la universidad y más tiempos para reflexión crítica. Quiero sonreír un poco más (que este año se me anduvo olvidando), quiero perder miedos, perseverar, aprender. Quiero sentirme más yo y menos otra. Quiero no perder la originalidad ni la creatividad. Quiero poder hablar más. Quiero seguir manteniendo esos hermosos lazos y crear otros más. Quiero... alegría (:

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