martes, 26 de mayo de 2009

Sin pan ni pedazo


Te quiero,
sin vueltas ni giros,
sin pataletas ni respiros,
te quiero.

Te envidio,
por quedarte con algo,
por tener un pedazo,
porque tendrás algo
(aunque no sea conmigo)

Pero a veces cuando llega la helada,
no te quiero ni te envidio.
Cuando tengo frío te necesito.

Y no me queda más que buscar
entre los recónditos lugares,
encerrarme en la retórica
y en los recuerdos de un nunca jamás.

En este tiempo de otoño
recuerdo las promesas rotas de ayer,
el futuro borroso, el pasado aciago,
y no me queda más que mis manos
y mis pies para caminar.

¡No! es que a veces no puedo más
no se cargar con el peso del desamar
Y con la idea de que con otra estás...

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