viernes, 2 de abril de 2010

Oh cariño, fuiste el vino bebido con pasión en la historia de un libro, dulce sabor de unos labios carmesís entre velos nocturnos. Caricias que quemaron una piel canela sedienta de idilios.
Tú con tu red capturaste estos cabellos enmarañados y los hiciste uno con los tuyos. Mezcla de té y café, uno dulce y el otro amargón. Guitarras nocturnas entre el calor del aliento.
Tú, cariño, tú con tus temores en cupido, en tu fobia a este cariño, tu fuiste y has sido el dueño de mis delirios, mis poemas y pasiones sin sentido. El juglar que cuenta mi vida, el bufón que burla mis miradas y caricias que buscan llegar a las concupiscencias de tu abrigo...





Tú, Rodrigo, eres y has sido...

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