miércoles, 14 de abril de 2010

Pestilencia/fragancia

Y es que cada vez que rondo ese calabozo puedo sentir el olor a la muerte, ¿cómo lo sé? es simple. Hacía un tiempo ya todo el que caía por algún motivo al calabozo o sus alrededores, fallecía. Todo: personas, plantas, animales. Es lo más espeluznante que he visto jamás. Lo que toca lo vuelve una bomba de tiempo. Les tocó a ellos y de a poco van muriendo, le tocó a él y puedo sentir como su alma desfallece a mis espaldas, como todo lo que alguna vez le hizo feliz hoy sigue pero ya no está la sensasión de plenitud por ello. Y a mí... conmigo no pudo, porque escapé a tiempo antes de que la maldición recayera en mi. Porque hay alguien/algo que me protege constantemente. Es como esas cosas que no sabes el por qué pero simplemente sabes que es así. Es así como yo tengo la certeza de que tengo a ese "angelito guardián" resguardándome a cada paso que doy. Y le agradezco, porque hoy por estos días mi vida es lo que siempre quise que fuera, porque hoy no hay calabozos ni manos que con su toque lo pudren todo. Hoy hay colores, risas, alegría. Hoy estoy con la gente precisa y en el lugar preciso, y aunque de vez en cuando recuerde ese aroma del calabozo no puedo dejar se pensar y sentir lo bien que es todo hoy.

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