viernes, 23 de octubre de 2009

Seis vidas menos...


Cuando dijiste
"Te quiero"
y miraste con esos ojos
perdidos entre el bosque y el café
Comprendí,
no, no pude comprender
porque aun no puedo,
pero en ese momento
comenzó esta historia,
esa del desamor.

Cuando con tus labios,
que solo los mios conocían
mejor que mis propias manos,
intentaste opacar mis miedos
con un fingido beso,
doloroso beso,
mentiroso beso.

Cuando una tarde
furtiva
te recostaste junto a mi
y decías amarme
por miedo al mañana,
por no saber dejar ir,
cuando esas últimas veces
yo
ingenua
aun te abrazaba
y me perdía entre tu olor
y aun me cautivabas
con tu sabor a hombre.

Cuando
mientras los demás
fuman normalmente un cigarro
tu me decías
que ya nada era igual
que los besos no eran los mismos
tras haber provado
los de otra boca.

Cuando me pedías disculpa
por tu cobardía
yo solo sentía mi piel
quemándose
perdida en lo que alguna vez
fuimos nosotros
y en cómo puede ser,
cómo se puede cambiar
un amor
por una atracción
cómo tan poco
signifiqué.

Cuando partiste
y contuve
hasta más no poder
las ganas de seguirte
y decirte cuanto te amaba
y te amo
y contuve los gritos
pero no las lágrimas
y rogaba a Dios
por un día más
por una despedida siquiera,
otra mentira
que me hiciera sentir viva.

Cuando volviste
arrepentido,
confuso,
aun dudoso,
y me dijiste que me amabas
mi ingenuidad me traicionó
y lo que pudo ser
la oportunidad de dejarte ir
se convirtió en eso
que alguna vez pedí.

Te despediste de mi
de mis caricias,
de mis besos,
de mi olor a mujer en la madrugada
de lo que una vez fue
y seguirá siendo
el primer amor.



No hay comentarios: