domingo, 30 de diciembre de 2007

Atardecer Lunar

El lugar mágico encerrado en recuerdos
atrapado entre rayos de luz nacientes,
entre el sonido de las aves madrugadoras.
Aquí, en este claustrafóbico lugar
donde no entran más que buenas intenciones.

Miro los cerros marcados como olas gigantes
ubicados a la distancia suficiente, sólo para admirar,
y recuerdo tus susurros sin sentido en mis oídos.
Las incógnitas palabras escritas previamente por alguien más.
Si no hubiese sido por los gritos de esta loca
les podría haber tomado mayor atención.

Tus labios fueron objeto del tortuoso alcohol,
no procesaban ideas antes de expresar.
Mi inestable corazón sollozó de temor
al oír sonidos de ofertas indecorosas.
Intenté cegar a mis pobres oídos para no sufrir más
pero la pasión no me dejaba actuar.

Busqué refugio en la calidez de tus brazos
y terminé acurrucándote como a un dulce bebé.
Mientras a la cercanía se mostraba el amanecer
destapado por el poder de dos almas solitarias
unidas por unos instantes para disfrutar
de la venida de un día más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

OSEA UNA POBRE HUEONA QUE SE LA COMEN CURA SOLAMENTE