jueves, 6 de febrero de 2014

3.-

Contigo aprendí más de lo que quería
aprendí lo que largo, noche, libre, libre significa
aprendí que cuando estás en el reanimador llegas muerto a casa
y que cuando fallece un paciente andas más introvertido que lo habitual.
Aprendí que el primer libre lo pasas la mitad del día descanzando (durmiendo)
y que en un principio intentaste pasar de largo... sin resultados.
Aprendí tu lista de cosas por hacer
aprendí que siempre dices que harás aseo e irás al supermercado
y que tus días libres te estresas en función de esto
y que usualmente no haces nada más que ver tele y jugar en el computador
y que a la larga es lo único que te desconecta del trabajo.

Aprendí que siempre estará primero tu trabajo
y segundo también
y también que si ves un email de tu jefa en la bandeja de entrada tiemblas entero.
Aprendí que no puedo decirte nada cuando estás concentrado/estresado por el trabajo

Algo que no sabes es que con el tiempo aprendí a preparar mis palabras de ánimo para ti
porque sabía que en el momento menos esperado lo necesitarías
y aprendí que amo intentar animarte aunque pocas veces me funcione.

Aprendí que tu tiempo de juego con amigos es sagrado
al igual que tu espacio de relajo en tu casa de Olivar.
Aprendí que amas ver el cielo estrellado
y que aprendí a amarlo contigo.
Aprendí a compartir contigo la nostalgia de volver a Santiago
tras un fin de semana en tu hogar con tu familia.
Aprendí a querer a tu madre
logré que me enseñara sus recetas secretas
y aprendí lo fácil que es ganarte por el estómago.

Aprendí a acostumbrarme a tus videos sin sentido
aprendí a comprender que necesitas ese espacio sin sentido.
Aprendí que amas el basquetbol
y que es la pasión más grande de tu vida.
Aprendí que amas a Miami Heat
y que a veces te entristece no poder jugar tanto como quisieras.

Aprendí que amas el milkshake de vainilla
y el mango mambo.
Aprendí que aunque vayas a un restaurant chino, árabe o peruano
siempre pedirás carne
aunque me ría de ti por esto.

Aprendí que amas estar en familia
Aprendí que amas estar solo
Aprendí que amas estar con amigos
Aprendí que amas tu trabajo
Aprendí que amas las estrellas
Aprendí que amas ir arrugado al trabajo
(bueno, quizás en esa exagero)

Aprendí que odias el ruido que da a tu departamento
Aprendí que odias la gente floja
Aprendí que odias defraudarte a ti mismo
Aprendí que odias estresarte (aunque lo hagas)
Aprendí que odias que no te comprendan...
En especial esta última

Aprendí todo esto de tí y más... pero lo que aun desconozco es si me amas tanto como te amo yo a ti. 










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