jueves, 5 de julio de 2012

Descargos.


Si pudiera enviarle una carta a alguien explicándole mi problema… ¿a quién sería? Difícil es de partida ventilar los problemas personales y más aun lo es pedir dinero. Por dónde empezar, es complicado pensarlo cuando el miedo y la incertidumbre te invaden por completo. No podría explicarle al mundo lo difícil que es ver a un hermano en esta situación, ver a una persona con una inteligencia deslumbrante perderse en una adicción, verlo de cuando en vez con la vista desorbitada, con disatria, como en otro mundo… ver cómo mis padres sufren con estos episodios y aun más triste ver cómo la desesperanza se apodera de ellos con la falta de dinero, porque claro ¿quién se mejora en este país sin dinero? Ni siquiera con una cantidad moderada de dinero, sino una cantidad exacerbada de billetes que le brinden el apoyo a una persona con dependencia a una sustancia. Y quién responde por eso? Al presidente poco le debe importar que a mi familia ya no le quede dinero para seguir internando a mi hermano, aunque mucha voluntad exista de nuestra parte, a los ministros tampoco les debe aproblemar que un ciudadano se esté apagando lentamente, un ciudadano que quizá el día de mañana termine en la calle por la falta de oportunidades, o no mejor dicho por la falta de dinero para ayudarlo a salir adelante. Es una angustia terrible, en verdad no quisiera que nadie pasara por esto… uno se imagina lo peor dentro de esta nebulosa de incomprensión, uno imagina escenas de esa persona robando para conseguir sus objetivos, imagina que esa persona no va a llegar a la casa por un par de días y nadie sabrá de él, imagina que cuando vuelva esté todo drogado y nadie le abra la puerta, imagina que se quede dormido como un perro a la entrada de tu casa… todo por falta de oportunidades.
Es en estos casos en que más me cuestiono y más me dan rabia las desigualdades de este país, pienso en que el que tiene dinero pareciera tener todas las facilidades y oportunidades mientras que al que le falta se le van cerrando una a una las puertas… Y me da impotencia, pienso en todas esas personas que ya han pasado por esto y han tenido un final trágico, pienso en cuantas veces buscaron ayuda y nadie se las brindó, pienso en su dolor, su angustia…
Es una lástima que en este país que dice querer derrotar al subdesarrollo aun no sea capaz de generar un buen sistema de salud y en específico una buena atención psicológica o psiquiátrica para las personas, porque no señores los COSAM no son suficientes, no basta con estas bien intencionadas instituciones… faltan recursos. Falta expandir de partida la salud, promover los buenos hábitos, para así ahorrar en la enfermedad. Falta invertir todo ese dinero de crecimiento económico anual en mejorar cosas tan básicas como la salud de la gente… Y así queremos ser un país desarrollado…
Me apena este país, me apena este mundo, me da coraje que la gente muera de frío en las calles mientras otros beben su Johnnie Walker, me apena que muchos vean eso y no les produzca náuseas, que sea una realidad tan aferrada a su mundo que ya no produzca incomodidad alguna… Y lo que más me apena es que en este momento es poco lo que yo pueda hacer… pero no me puedo quedar en ese sentimiento, es en estos momentos donde surge  la fuerza para seguir adelante y trabajar en un futuro no muy lejano por cambiar las cosas, por quizá no erradicar todos los problemas pero si quitarle un peso de encima a la gente que necesita y no tiene las oportunidades, para que el día de mañana pueda contarle a mis nietos que el mundo donde yo vivía era muy loco y que luché con todas mis fuerzas por cambiarlo.

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