sábado, 23 de abril de 2011

Bolsas recicladas

Una de las cosas que más me gusta de mi trabajo, es cuando se presentan esos pequeños diálogos con niños chicos. Me impresiona la capacidad que tienen ellos para entablar conversaciones con desconocidos de forma tan ingenua y desinteresada. Cada vez que tengo una mini conversación con ellos suele ser para contestarles alguna pregunta que me hacen sobre mi trabajo, sobre mi o cualquier otro. Hoy tuve una escena muy especial con un pequeño. Estaba yo como siempre envolviendo mercadería en la caja del supermercado. Cuando empaco cosas lo hago en dos tipos de bolsas, las grandes blancas y las pequeñas recicladas que tienen un tono café. Para la ocasión envolví un pequeño auto de juguete en una de las bolsas recicladas, cuando surge el diálogo con el niño:
-¿Esas bolsas están sucias?- preguntó él.
-No, lo que pasa es que son bolsas recicladas
-¿Y qué es reciclado?
-Mira, reciclar es volver a usar algo. Por ejemplo, fíjate en esta bolsa blanca grande. Hay gente que cuando deja de usarlas las bota, cierto? Bueno, lo que se hace entonces es tomar esas bolsas que la gente ya no quiere usar y hacer bolsas nuevas como esta pequeñita.
-Ah, osea que para no hacer más basura se recicla
-Claro, y así en vez de hacer más y más basura, reciclamos y ayudamos al planeta.
-¡Ah!
En ese instante el niño toma la bolsa, y mientras se iba la abrazó y le oí decir con la mayor voz de amor, ingenuidad y ternura "¡Mi bolsita recicladaaa!".
Aparte de sentir una ternura increíble por ese niño de no más de 7 años, me generó una sensación de utilidad tan grande... sentí que el niño había entendido el mensaje. Sentí, por muy cliché que suene, que planté una pequeña semilla en otra persona. Sentí que pequeñas cosas en verdad sirven. En fin, esa mi misión por el día de hoy y me doy más que pagada al ver la cara de felicidad de ese niño al abrazar la bolsita reciclada :)

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