domingo, 14 de diciembre de 2008

El gran concierto en el cielo

¿Te ha pasado que te sientes como extraño en tu propia casa? Bueno, a mi si me ha pasado. Con detalles mínimos, ínfimas palabras que atacan directo al corazón, como un flechazo de tristeza que retuerze a tu pobre corazón y lo vuelve vulnerable a aquella segunda palabra ofensiva, de la que buscas un refugio para desquitarte de la forma más penosa. Llanto. Puede ser este desquite con una almohada, un peluche o una persona, en mi caso mi refugio es mi pololo ¿Por qué? porque por lo general siempre estoy con él cuando recibo estos ataques y es lo que tengo más a la mano, en caso contrario sigue estando en mi pensamiento así que recurro a la "telepatía" o mejor dicho a crear una conversación ficticia.
Dicho sea esto, me retiro hacia otro lugar, a pasar las penas del hogar que yo misma invento para tener alguna excusa para llorar. Me quedó gustando esa sensación de mini desquite porque me siento frágil y a la vez invencible.

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