martes, 25 de marzo de 2008

Juegos de Otoño

De vez en cuando una hoja loca me roza los cabellos dulcemente.
Veo hacia arriba y los árboles me saludan con una lluvia seca.
Si miro el suelo veo el asfalto mojado. Siento el aroma de la tierra húmeda.
Mientras por el frente de la avenida un hombre va con un paraguas sobre su cabeza. Y el único sonido audible entre ese hermoso silencio es el de las hojas al caminar.

La lluvia recorre mis mejillas; sonrío. Una canción pegajosa juega en mi mente y me hace tararearla mientras muevo los dedos. Mis cabellos lentamente se vuelven espesos y mis pasos más densos. Los charcos se vuelven amigos de mis pies; los empapan.
Un leve estornudo se me escapa.

Llego a casa, me quito los zapatos y mis pies se ven ancianos. Me tiendo sobre mi cama y llega mi madre con un té caliente.
Me quedo así hasta que el sueño me vence mientras la luna resguarda mis fantasías nocturnas.

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