viernes, 20 de enero de 2012

A ella.-

Se ha vuelto irremediable en su ser sentir hormigas en la garganta después de cada momento con ella. A pesar de las futilidades momentáneas, de las palabras banales, de un viaje finito. Contigo existe y luego piensa. Las manecillas del reloj se extravían cuando siente ese olor a rosas en el ambiente, esa estela que deja cada vez que camina con su vestido morado. Y mientras ella camina, no tiene nada más que hacer que mirarla, y pensar por dentro "esta es mi oportunidad para dejar ir las cosas". Dentro de todo este espectáculo sumido en falsedades y miserias, busca el conforte de una voluntad inexistente de la que pretende presumir tras cada encuentro. Voluntad que busca poner a prueba tras cada asesinato semanal, y que en el momento de enfrentar los rostros pareciera funcionar, pero al dar vuelta las espaldas intentan confinar las pasiones entre los límites de la racionalidad sin éxito.
Es así como se ha acostumbrado a verla caminar con su vestido morado, se ha acostumbrado a sentir la estela de rosas que deja, se ha acostumbrado a mirarla a los ojos sin buscar sus labios... pero si hay algo de lo que aun no se acostumbra es de las hormigas que siente en la garganta después de cada momento con ella.

No hay comentarios: