lunes, 14 de noviembre de 2011

Trágate este título!

Soñé con él (no con él, con otro él). Me enviaba una carta de unas cuantas hojas con la letra de una canción (creo que era una cumbia, me huele un poco a él y su particular forma de decir las cosas). Recuerdo esa sonrisa que esbozaba frente a mí como en los viejos tiempos, cuando sus ojos se ponían como ojos de pescado fresco de tanto brillar y su semblante parecía gritar algo cursi como "me encantas".
Recuerdo que conocía a su padre, que físicamente parecía una mezcla entre Oscar Wilde por el cabello y Sigmund Freud por los lentes. Desde el fondo del sueño una voz en off aparecía y comenzaba a relatar la historia de Alejandro, partiendo desde su padre. Veía en el sueño imágenes como las de un documental bibliográfico de algún gran personaje. Extrañamente en este ir y venir de imágenes se me daba a entender que Alejandro habría conocido hace un par de días a su verdadero padre, un tipo de la alta burguesía de Estados Unidos (y he ahí la explicación del siútico apellido). En un momento la madre de Alejandro era "entrevistada" y hablaba de lo mucho que se esforzó para que Alejandro tuviera todo lo necesario para ser un hombre de grandes virtudes y en especial ricas aptitudes musicales. Las lágrimas recorrían las mejillas de la madre al ver a su hijo ya grande, feliz y con una mujer que lo amaba (que según el sueño era yo).
En esto el despertador me hizo perder la imagen hasta llegar a la supuesta realidad de mi habitación.

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