viernes, 25 de noviembre de 2011

A estas alturas esto ya parece el diario de los sueños de Amanda.-

Anoche soñé que por alguna extraña razón iba a altas horas de la noche a la casa de R*. Al llegar recuerdo que, a pesar de recibirme en su hogar, me evitaba. Recuerdo que me dejó durmiendo sola en su habitación.
A la mañana siguiente sentí que en verdad estaba ahí, sentí que no era un sueño y que estaba amaneciendo nuevamente en esa habitación como en los viejos tiempos, no comprendía nada e intentaba hacer memoria de cómo había llegado ahí. Dentro de mi incertidumbre aun veo que entra R*... y J*, su novia. Me preguntan cómo dormí y aun algo desorientada les digo que bien. Fue extraño el momento en que los vi juntos, porque nunca lo he hecho propiamente tal, fue algo nuevo verle con otra mujer de la mano y que no fuera yo como antes, reconozco que me dio algo de melancolía.
Luego la imagen del sueño se cortaba e iba caminando por el Paseo Bulnes con una amiga a mi lado y J* a unos 2 metros adelante. Caminábamos sin un destino conocido cuando suena mi celular, R* me llamaba. Contesté con la mayor de las naturalidades y me pregunta sobre la noche anterior
-¿Qué ocurre, R*?¿Por qué me preguntas por anoche?
-Porque tengo unas breves imágenes pero no quiero creer lo que ocurrió...
-Te refieres a que... tú y yo... algo más anoche?
-Creo que sí... tú no recuerdas nada?

Claramente no recordaba nada, tenía una especie de amnesia por algún extraño motivo y no podía decir que haya sido el alcohol porque tampoco recordaba si habíamos bebido juntos esa noche. En ese instante noté que estaba hablando muy fuerte y J* escuchó lo que hablábamos por teléfono, su rostro se llenó de dolor y desesperanza mientras las lágrimas comenzaron a brotar por montones desde sus ojos. La vi y por un segundo quise ir a decirle algo tan estúpido como "no es lo que tú crees", pero en seguida me arrepentí porque en verdad no era mi problema, si algo había ocurrido entre yo y R* la única persona que debía dar explicaciones era él por su reprochable comportamiento. Así que ahí me quedé, viendo como ella caminaba y lloraba, viendo como de a poco aceleraba el paso y se iba... Y mientras la imagen se disipaba yo despertaba.

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