viernes, 5 de febrero de 2010

Comunicación, Empatía y Alianza

Por mientras, el té baja en la taza y en mi esófago; quema. Mi cuerpo cae como bolsa de papas sobre los colchones de mi cama y mi mente vuela lejos, muy lejos de aquí. Los perros ladran cerca de mi ventana, el viento pasa y me deja una brisa introspectiva, pero ¿dónde estoy?. Si mi mente no se encuentra cómoda con mi habitación y voló a otro lugar pero mi cuerpo permanece ahí, ¿dónde estoy realmente? ¿en la luna? ¿en el año 1456 d.C? ¿aquí? cuerpo vs. mente y no sé quién gana... quizá esa sea la cuestión. No se trata de ganar o perder, sino de hacer algo y si es por eso estoy en todas partes; omnipresente. Mira como mi cuerpo está en Conchalí, mi corazón en Macul, mi mente en Punta de Tralca, mis ganas en Santiago centro. A estas alturas de este soliloquio me siento como Dios. Y es como si ahora todo lo que hago fuesen corrientes de la conciencia; me encanta. Yo soy tú y lo que veo es a mí. ¡Puf! un avión se estrelló en mi patio trasero, deben ser nuevamente estos tipos de LOST que necesitan de mi ayuda para salvar el mundo...

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