viernes, 3 de abril de 2009

Claro de Luna


Una advertencia, una respuesta. "Acción y reacción" pensaba ella mientras sentía como la música comenzaba a sentirse dentro de ella, entraba primero en la mente, luego los brazos, avanzando así por todo su cuerpo hasta sus pies. Bailaba. Sentía como aquella sonata le hacía danzar junto con el clima otoñal, hojas que se deslizan de un lado a otro, nubes que dejan ver unos sutiles rayos de luz. No se detiene, se toma de la mano con el viento y se elevan por los aires, sus pies se mueven al ritmo de la música, al igual que sus brazos, se siente toda una bailarina de ballet sin siquiera tener la menor idea de ésto. Se movía, giraba, su cuerpo era esclavo del alma, ascendía junto con las corrientes al lugar más sublime que hay cuando se oye una pieza musical. Se acompañaban, mientras una movía los brazos la otra daba saltos para intentar llegar cada vez más alto.
No puede detenerse ni aun así la música lo hiciera, sería capaz de poner el "repeat" y bailar por el resto de los otoños que tanto le acomodan. Danzar junto al viento, sentir como éste le acaricia las mejillas y le despeina los cabellos, mientras los árboles y arbustos miran envidiosos de lejos, para desfallecer luego cada vez que el tema acaba. Una y otra vez la misma pieza... una y otra vez...

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