lunes, 23 de marzo de 2009

Reflexiones de manuscrito


Ese pequeño cansancio producto del que sabes es tu esfuerzo por superarte no sólo como estudiante, sino también como persona, es el que me reconforta el día de hoy. Siento alegría al saber que ahora todo me encaja y que las cosas que antes creía difusas hoy tienen su explicación (la magia de poner atención en clases y razonar). Me gusta esta impresión de que tengo muchas cosas que hacer y que a veces puedo llegar a colapsar, pero en aquellos momentos espero recordar el fin de todo esto.
Hoy preguntaron en la clase de filosofía que para qué ibamos al colegio y percibía ese ambiente de "porque mi mamá me obliga" o "porque quiero ser alguien", pero lo que simplemente yo quiero es aprender. Me gusta saber cosas desconocidas para mí y por eso voy al colegio, porque me gusta tener ese sentir que me hicieron saber muchas personas durante la vacaciones, esa impresión de "Oh que inteligente que eres, no entiendo como tu promedio de notas puede ser tan bajo si tus conocimientos son tan amplios" y no quiero que eso suene como una apología a mi ego, ¿eh?.
Siento que, como por mucho tiempo no lo sentía, tengo los objetivos claros de quien soy y para donde voy. Me gusta estar así, en completo equilibrio y armonía no solo conmigo misma sino también con los demás.

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