domingo, 17 de julio de 2011

Esa carta que nunca enviaré.

Hola:
Quería escribirle para desearle un feliz cumpleaños y que tenga un día muy especial. Desde la distancia le envío un fuerte abrazo y que sepa que aunque físicamente nos sea difícil vernos, hay una parte dentro de mi que siempre lo recuerda con mucho cariño (por muy cursi que eso suene). Usted ha sido ese primer encuentro que tuve con la música, esa pasión que por estos días grita desconsoladamente por ser oída y me sumerge en el mar de la incertidumbre y el miedo. Y es en esta parte que debo confesar que no escribía solo para desearle un feliz cumpleaños. Le escribía porque creía que usted es la persona indicada para ayudarme en este problema...

Tengo ese profundo miedo de no haber seguido el camino que me hubiese gustado seguir, y que a pesar de ser la vida de hoy bastante buena tengo esa pequeño dolor de no haber realizado ese sueño que siempre tuve, la música. Tengo pena porque no sé qué hacer, no sé si decirle esto a mis padres y correr el riesgo de hacerlos sentir culpables, que de por sí me han confesado cierta culpabilidad en sus conciencias, o no decir nada hasta terminar mi actual carrera. A su vez siento que aun estoy a tiempo de cumplir ese sueño que sé me hará inmensamente feliz, y es aquí el por qué recurro a usted. Sé que es usted un importante músico, que ha hecho clases en reconocidos lugares, que conoce a gente influyente en el mundo de la música... es por esto y por otros motivos que quería pedirle me guiara en este laberinto al que me estoy metiendo, siento que es usted el único que me puede ayudar, el único que podría entender lo que siento y al único que le tengo ese inexplicable cariño que traspasa lo físico. Siento que me puede dar la respuesta que busco antes de tomar cualquier determinación apresurada típica de los adolescentes, ya que por mis medios me ha sido difícil intentar ahogar esta pasión que llevo por dentro...
Necesito ayuda, y no la de un psicólogo o un psiquiatra... lo necesito a usted para guiarme en esta la que probablemente sea la mayor y más importante aventura de mi vida...

Se despide atentamente

Aquella que hubiese gustado de ser su ahijada.

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