sábado, 5 de febrero de 2011

AM

Esa extraña sensación en la mañana de no saber qué hacer. De mirarse nuevamente a los ojos y donde la noche anterior hubo carne y lujuria ahora hay un vergonzoso recuerdo concupiscente. Peor es si despiertas tu primero porque no sabes qué hacer. Si despertarlo o dejarlo dormir,si irte o no... y mientras intentas decidir surgen unos flashbacks que vuelven tus pensamientos en un miserable soliloquio.
Sigues esperando, la habitación se vuelve más clara y calurosa y no hay rastro de que el otro despierte. Intentas seguir durmiendo pero el calor Santiaguino se adentra en tu piel dejando escapar un espeso sudor. Tú pensando a mil kilómetros por hora, sin sueño y ahogándote en esa habitación que a estas alturas parece más horno... y el lindo duerme como un bebé. Que envidia. "Siempre después del sexo duermo poco y me pasan estas situaciones extrañas y desagradables", piensas.
Sigues pensado en qué ocupar tu mente mientras esperas que el reloj interno del sujeto que está desnudo a tu lado le diga que debe despertar. Te levantas no muy cuidadosamente, te vistes haciendo la mayor cantidad de ruido posible y vas al baño. Estando allá te quedas pegada mirándote en el espejo y con la esperanza que tras todo el boche que hiciste al salir de la habitación el otro haya despertado. Vuelves y confirmas tu hipótesis; sigue durmiendo. Te sientas en la cama, tomas tu bolso y haces como que buscas algo muy importante, en esto encuentras tu celular. Se prende tu ampolleta y elaboras un plan. Pones el celular a su máxima potencia y haces sonar tu ringtone. Lo dejas así unos 15 segundos... y nada, el otro aun duerme. Nisiquiera un ligero movimiento tras ese estruendoso sonido.
Que incómodo seguir así en esa situación y en ese horno que a estas alturas ya es el infierno. Te desvistes y te vuelves a acostar para intentar quedarte dormida. Cuentas ovejitas hasta llegar al 1658 y aun nada. Pones tu mente en blanco y te imaginas un lugar tranquilo y silencioso; nada. Recuerdas que tienes mil cosas que hacer y las repasas una por una en tu cabeza... hasta que comienzas a quedarte dormida. Estás en eso cuando sientes movimiento, el otro mira el reloj, se da vuelta, te mira y te pregunta "¿Aun duermes?".

2 comentarios:

Joven flaco dijo...

¿Porqué no lo despiertas haciendole rasguños en el pecho? o de una felación

Amanda~Pajarandina dijo...

Lo intentaré... aunque estoy casi segura que no lograré nada xd