viernes, 4 de junio de 2010

Como en la Habana vieja


Ese compás musical
el sol entibiando mis pieles
una delicada brisa rozando mis pómulos
y aquel licor
me hacen sentir como en La Habana.

Ese licor
que deja un sabor semi amargo en
la boca después de tragarlo
el sabor de la soledad
y la melancolía.

El sabor
que me llevó a conectarme
con los instintos más íntimos del ser
con el alma misma de la vida
el sabor al amor
al amorío
a la aventura.

El sabor
a los labios de un hombre.

Una mano enlazada a mi cintura
y nuestros pies danzando
lentamente al son cubano.

Como ese aroma a maderos húmedos
mezclados con el brillo de la luna tracionera
compañera de tantos amores desdichados.

Tú y yo abrazados, cariño.
Tú, yo, nosotros
y un vaso de ron con hielo.
Nosotros y buena vista social club.

Un corazón palpitante
y sediento de tus besos
tus caricias
tus suaves palabras susurradas al oído.

Mis labios que buscan tu cuello
y lo besan suavemente.
Atascados entre el humo de un puro encendido
y una trompeta que
nos lleva a recordar nuestro viejo amor.

¿Puedes recordarlo?
Yo sí, cariño.

Recuerdo
tus palabras insensatas
tus cabellos claros
y tus besos apasionados.

Recuerdo
un adiós amargo,
un cierre inconcluso
de ésa historia
nuestra historia.

Una espera eterna por volverte a ver
y ahora...
ahora que te veo, cariño mio
quiero dejar en el pasado
las malas jugadas de ayer.

Hoy quiero
dar vuelta la página contigo
y quiero que recuerdes
que algún día me amaste
tan profunda e intensamente
como para dejarlo todo
y escapar juntos a nuestra querida Cuba.

Escapemos
loco amor juvenil
arranquemos del desamor
y vivamos juntos en la intensa pasión.

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