domingo, 30 de diciembre de 2012

Recuento 2012

Aquí estoy... 31 de diciembre y como ya es costumbre comenzando a hacer un análisis de todo lo que fue este 2012. Aun no sé bien cómo estructurar esto, solo sé que quiero intentar rescatar la esencia de cada hecho importante que haya transcurrido en este año.
Recuerdo el comienzo de este año y a estas alturas me da risa. Recuerdo ese año nuevo con lágrimas en los ojos y con la garganta apretada producto de una pelea de mis padres, esa sensación de que nada podría haber salido peor ese día y que, al menos en ese instante, parecía que podía estar por 365 días llorando sin importarme nada ni nadie más que mi propio dolor.
Pasaron las vacaciones y yo me las pasé trabajando en un sucio lugar, aprendiendo a aguantar los malos tratos laborales y a agachar el moño cuando el jefe ponía el grito en el cielo, lamentablemente aprendí tarde esta lección cuando el jefe ya no quería nada más que echarme pero lo positivo es que por primera vez en mi vida aprendí que tendría que someterme muchas veces más a esta situación y a pesar de no salir victoriosa de esta primera vez siento que en ocasiones posteriores las cosas me podrían resultar mejor. Primera lección del año aprendida.
Luego vino el tan esperado comienzo de año, con ese temor de estar en "el año más difícil de la carrera" y como es de costumbre en mi con ganas de este año ponerme las pilas y destacar como una de las mejores... Bueno, esa era la idea antes de que comenzara todo el problema de mi hermano. Llegó Marzo y a la tercera semana mi hermano estaba hospitalizado en la clínica psiquiátrica. No soy capaz de explicar la angustia que sentía cada vez que veía a mi hermano un paso más cercano a la muerte y además sentir que simplemente él no se daba cuenta de ello. Cuánto miedo tuve al imaginar que un día cualquiera me avisaban que mi hermano había muerto por una sobredosis... Y así por mucho tiempo, en que mi hermano salía de la clínica y a las semanas volvía, y yo con mi cabeza pendiente de la integridad física de mi hermano más que de mis estudios como me lo había propuesto en un principio. Comencé a bajar significativamente mis notas, llegué varias veces a dar pruebas con un nudo en a garganta y alguna vez sin querer derramé una lágrima sobre una prueba. Este angustiante proceso siguió por meses y por primera vez en mi vida decidí abrirme a mis padres para que supieran por lo que estaba pasando. Recuerdo esos días en la noche en que hablábamos de toda la pena y angustia que teníamos mientras rompíamos en las lágrimas. Una de esas noches yo no daba más de la situación y les dije a mis padres que no me sentía capaz de seguir estudiando cuando mi mente y mis energías estaban pendientes de algo distinto al estudio y les dije que estaba pensando seriamente la opción de congelar un año... Creo que pensar esa idea fue uno de los acontecimientos más fuertes del año, encontrarme a mi estudiando la carrera que amo pero sin poder rendir en un año tan crucial como lo era este me hacía cuestionarme mucho. Estuve a un paso de darle el sí a mi decisión... pero ese pequeño hombrecito que había llegado a mi vida hace tan poco me hizo tener un poco más de fe en mi.
Y es aquí cuando comienza la segunda parte, cuando aparece ese paréntesis que le dio color a esos días tan grises. Llegó casi caído del cielo este enfermero, apareció y me hizo volver a creerle al sexo masculino, me hizo sentir linda, especial, única... y a su vez me hizo sentir que él era verdadero y digno de confianza. Me hizo sentir que era capaz de volver a amar a una persona, me hizo sentir que podía ser capaz de enmendar mis propios errores para comenzar desde cero y darme una nueva oportunidad.
Desde el primer día me envolvió con su alegría y su sonrisa, con su sencillez de enfrentarse al mundo, con su estatura por qué no decirlo. Día a día me fui encantando de su persona, de quién era él y de quién era yo con él, del complemento que íbamos formando. Y las cosas fueron fluyendo, y aquello que pensé sería algo momentáneo se fue alargando, uno, dos, tres, cuatro meses (que en verdad son cinco). Honestamente si hay algo que tengo que rescatar enormemente este año es a ti, porque le devolviste a mi vida los colores que había perdido, me hiciste sentir cosas que creía imposibles y me ayudaste a creer en mí cuando ya lo había olvidado.
Has sido mi compañero durante estos meses que han sido difíciles, me has dado ánimos cuando lo único que quiero es tirar todo por la borda, me has sacado sonrisas a diario. Siento que desde que te conocí he cambiado, la gente dice que los ojos me brillan más y que me veo más alegre, siento que has sido justo lo que necesitaba para este momento de mi vida y a estas alturas del año puedo decirte honestamente que te amo por quién eres, por quién soy contigo, por quienes somos cuando estamos juntos y espero que sigamos creciendo juntos en este camino.

Finalmente el año se cierra bien, mi hermano hace un mes ya que finalmente volvió a casa luego de meses de hospitalizaciones y las cosas parecen estar más tranquilas en el hogar, mi hermana pequeña a pesar de todo lo ocurrido este año volvió a obtener el primer lugar en su curso, mi padre está aprendiendo a hablar más de sí mismo, mi madre está un poco más estable, y yo... Yo estoy dispuesta a empezar un nuevo capítulo este año que viene y estoy feliz de que este cambio de año lo pase con él ♥
Si hay algo más que me queda por agradecer de este año son las personas que estuvieron en esos momentos difíciles, que me escucharon y en más de una ocasión me prestaron su hombro para llorar, también a aquellos que llegaron después y se han vuelto personas importantes en mi vida. Gracias a todos los que me acompañaron en este viaje y espero que en el próximo capítulo sigamos caminando juntos...

Adiós 2012, adiós a los dolores pero a la fortaleza que salió de eso, adiós a los miedos que se han ido superando a diario, adiós a todo lo malo que me ha hecho ser quien soy hoy. Hola nuevo capítulo de mi vida :)

No hay comentarios: