sábado, 17 de septiembre de 2011

A veces recuerdo esa época colegiala con Alejandro. Recuerdo cuando nos veíamos fuera del colegio, nos sonreíamos y conversábamos. Luego nos íbamos a caminar por los alrededores para seguir hablando de nada. Perdíamos la noción del tiempo, lo sabíamos... y no nos importaba. Podíamos tener miles de pruebas y trabajos al día siguiente pero nos quedábamos ahí, sentados en alguna banca, mirándonos... Escuchábamos música, cantábamos juntos, a veces incluso vitrineabamos en alguna tienda de instrumentos musicales. Nos deteníamos a mirar guitarras, a soñar. Así se nos pasaba la tarde hasta que oscurecía y él me iba a dejar al paradero. Recuerdo que teníamos este juego de complicidad de decirnos cosas con canciones, especialmente ese día en el paradero se puso a cantar "What can I do? All I want is to be next to you..." Reí, me despedí de un beso en la mejilla y me fui.
Al tiempo nos enojamos por un motivo aun desconocido para mí, no le hablé más, llegó otro hombre a mi vida que me hizo olvidar a Alejandro... al menos por un tiempo. Y así pasaron otros hombres pero ninguno me ha hecho olvidarle, ningún otro ha compartido las cosas que compartimos con él, ningún otro me ha hecho sentir estúpidamente especial como él me hacía sentir.
Ha pasado el tiempo, nos hemos visto un par de veces, hemos "recordado viejos tiempos" y luego no nos hablamos, pero ya no es como antes, ahora no hablamos porque no tenemos que decir, o mejor dicho porque yo no tengo qué decirle. Es una de esas pocas (por no decir única) personas que me deja sin habla, todo mi histrionismo lo sepulta y me deja en blanco, tiritando. El otro día estaba con unas amistades, cuando alguien me dice "Amanda, Alejandro está aquí...". Cómo diantres explicar la sensación de revoltijo que tuvo mi estómago y la posterior racionalización para no parecer tan evidente. Pero por mucho que haya intentado esconderlo todo este tiempo, no puedo...

En esta época del año, siempre te extraño Alejandro... me acuerdo de las sonrisas, de los abrazos, de los besos... y me apeno, porque después de todos estos años aun no soy capaz de decirte todo lo que siento. Por más que lo he intentado, al verte me paralizo y quedo nuevamente en nada, por muy cursi y repetido que suene eso. Y espero... espero nuevamente por un milagro, por otra oportunidad para mirarte a los ojos y decirte todo (sin retractarme, como lo hice una vez).

Te extraño, Alejandro...

No hay comentarios: