Como que me faltaba esa segunda recaída para dejar de idealizar tanto y poner los pies en la tierra. Aunque reconozco la repetición de ciertas imágenes en mi cabeza que dejaron de ser parte de la experiencia cotidiana hacía varios años. Mirarte a los ojos y acariciarte las mejillas, darte un beso en la nariz, abrir los ojos en la mañana y sonreír cómplicemente, despertar con dolor de cuello por haber dormidos abrazados... y un sin fin de otras cosas.
[Por el momento prefiero dejar que las cosas fluyan y dejarme llevar :)]
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