Te enojabas tanto cuando mirába a otro en mis delirios imaginarios, que me enseñaste a no hacerlo más. Te enojabas tanto cuando te preguntaba si había otra, que me enseñaste a confiar en tí.
Ahora tu estás con otra adorable mujer y yo no sé mirar a otro imbécil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario